Nuestro
barrio era de campo abierto, con
muchas quintas, y como otras zonas
que empezaban a medianamente a urbanizarse, eran frecuentes los pozos de agua. Esta se extraía con
ayuda de pacientes mulas o viejos caballos por medio de ruidosas norias.
Luego
aparecieron los airosos molinos
metálicos, con sus chirriantes paletas de cinc que existieron hasta 1910
aproximadamente.
Ya
por 1905 la red de distribución de agua corriente existente, no llegaba hasta
estos arrabales.
En la
calle Caridad, hoy General Urquiza, había un depósito y
allí gracias a un tanque de tres metros de altura del que pendía una manguera,
se proveía de agua a los vecinos.
En
algunas casas se usaba todavía el aljibe
para extraer el líquido de los pozos.
Los
pocos aguateros que quedaban de la
época colonial, seguían arrastrando sus pesados carros mediante caballos. Estos
desaparecieron definitivamente por el avance del progreso
Mi Rioba,
Pinceladas de nuestro Barrio

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